Ser estudiante extranjero en Santander
Dos años y medio han pasado desde que me fui de casa en busca de una nueva experiencia como estudiante, pasan los días y esa experiencia se está convirtiendo en un sueño que no había imaginado y se está cumpliendo, pero como todo en la vida no todo es fácil.
Siempre los inicios son lo más difícil, ese primer semestre donde no conoces a nadie y estás más perdido que Adán en el día de la madre, piensas “¿Dónde vine a parar?”.
Sobrevivir a los primeros seis meses puede ser una tarea difícil, se infravalora mucho el venir desde casi 8,000kilómetros y tener que hacer la vida de cero. Obviamente que cada persona tiene su proceso, pero hay ciertas etapas que todo estudiante extranjero vive. Además de la soledad y el desconocimiento, tenes que desarrollar mucho tus habilidades sociales para empezar a establecer relaciones con extraños que esperas que se conviertan en tus amigos.
Los días que son de felicidad en tu propia casa, cumpleaños de familiares, tu cumpleaños o más fechas importantes dejan de ser lo mismo, todo pasa a ser secundario, pasas tener una celebración a ver cómo puedes brindar una vez en la noche.
Todo esto va mejorando pero como todo proceso, va lento, las noches de fiestas, las tardes de estudio y deportes, salidas a tomar algo, escapadas en la tarde/noche; todo eso se vuelve más importante cuando los amigo/as se vuelven parte del proceso.
Ser extranjero termina siendo solo una etiqueta, porque al final de todo el proceso, la ciudad, amigos, universidad, la vida, te hacen parte de Santander y terminas añadiendo la parte de tu país para hacer esta ciudad más bella e internacional.