Autobús, streaming, bebidas energéticas y apuestas: así han cambiado los hábitos de consumo
Los hábitos de consumo de los jóvenes (16 a 29 años) de Cantabria varían no solo respecto a los de las personas más mayores, sino también respecto a otras generaciones cuando tenían su edad. El principal motivo es la mala situación económica de este colectivo, cuya renta media es de 12.822 euros frente a los 14.082 euros de la media total y los 16.185 de los pensionistas (65 años o más), quienes cuentan con la mayor renta media en la actualidad, según los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) realizada por el Instituto Nacional de Estadística en 2023.
Pero no todo se resume en la falta de dinero, también han cambiado la cultura y, con ella, la forma de consumir de esta nueva generación. Esto lo podemos observar en la movilidad, donde los jóvenes están optando por el transporte público en detrimento del vehículo. La Dirección General de Tráfico (DGT) en su censo de 2022 indica que menos de 3 millones y medio de los más de 24 millones de conductores con permiso B, el que permite conducir turismos, tienen entre 18 y 29 años. Cabe destacar que en la franja de los 18 a los 20 años tan solo hay 444.416 conductores, lo que indica que muchos de los jóvenes que finalmente optan por obtener el carnet de conducir, lo hacen retrasando su decisión.
En cuanto a las nuevas adquisiciones de carnet, la serie histórica de la DGT revela que, si bien, se expiden más que en los años de la crisis, los poco más de medio millón de permisos aún están lejos de los 859.179 del año 2008, cuando se batió el récord desde 1998, año de aprobación del actual Reglamento General de Vehículos.
Por ello, la importancia del transporte público para moverse ha ganado popularidad entre las personas de menor edad de la comunidad, tanto el autobús urbano, el TUS, en Santander como los dos servicios interurbanos por excelencia: FEVE y Autobuses de cercanías, popularmente conocidos como ´los ALSA´, en referencia a la empresa concesionaria del servicio.
Esta dependencia de los jóvenes hace que sean uno de los colectivos que más reivindiquen la mejora del servicio, con especial intensidad en el caso de FEVE, que acumula retrasos y averías de manera rutinaria, pero también se reclama una mejora en las frecuencias de los autobuses interurbanos y mayor puntualidad en el caso de los TUS, además de un aumento de servicios en las afueras de la capital cántabra.
Más pantallas, pero menos televisión
2023 ha sido el año de menor consumo televisivo tradicional desde 1992, cuando se empezaron a medir las audiencias. Según Barlovento Comunicación, el consumo de televisión durante el último año ha sido de 181 minutos por persona y día, nueve minutos menos, lo que supone un descenso del 4.7% respecto a 2022. Mientras que la edad promedio de los espectadores de televisión ha sido de 57 años, la más alta de toda la secuencia histórica, que se calcula desde 1997.
Pero la televisión, entendida como electrodoméstico, no ha desaparecido de los hogares y mucho menos de la vida de las personas más jóvenes, ya que tres de cada cuatro están suscritos a un servicio online de contenido audiovisual de pago, según datos del estudio ´Consumir, crear, jugar. Panorámica del ocio digital de la juventud´ del Centro Reina Sofía. Además, ese mismo estudio revela que dentro de este colectivo el 70% de las personas tiene al menos cuatro dispositivos, siendo el smartphone (86,4%) el más habitual, seguido del PC portátil (79,8%) y la propia Smart TV (64,8%).
Además, el tiempo de consumo de contenido multimedia es de 6 horas y 57 minutos de media, más del doble de la media del consumo de televisión tradicional, por lo que podemos concluir que el cambio realmente relevante ha sido en el formato de consumo, no la desaparición del mismo. Los jóvenes “ven la tele” pero lo hacen mediante las diferentes opciones que ofrece internet.
Apuestas, del casino al móvil
Para lo que también utilizan los jóvenes internet es para apostar online, incluso antes de tener la edad legal. Así lo refleja el estudio `Adicción al juego en estudiantes de educación secundaria de Cantabria´ de la Consejería de Salud del Gobierno de Cantabria en colaboración con la Universidad de Valencia, el cual señala que el 43,55% de los menores admite haber jugado de manera ocasional.
“Con 16 ya te cuelas en los salones de juego, aunque eres menor”
Unai Garma, influencer contra la ludopatía
Este porcentaje se eleva hasta 51,5% en los jóvenes de 18 y 19 años, el otro grupo que analiza el estudio. Además, el 8,3% de los menores y el 13% de los de 18 y 19 años admiten jugar recurrentemente. Cabe destacar que aquí sí que los jóvenes optan más por el formato físico que por el online, donde es más complicado saltarse el control de edad. Así, el 41,3% de los que juegan ocasionalmente y el 6,9% de los que lo hacen recurrentemente lo hacen en formato físico en el caso de los menores, yéndose a un 48,5% y 11% en el caso de los que recién cumplieron la mayoría de edad.
Unai Garma, explica que sus primeros pasos en las apuestas fueron así: “Con 16 ya te cuelas en los salones de juego, aunque eres menor”, relata. Además, comenta que su entorno fue clave para que él empezara en el juego: “En los vestuarios es donde todo empieza. Ahí el juego es, como digo yo, el monotema” concreta el joven, que tras haberse rehabilitado durante año y medio, ha creado A90º, un proyecto con el que conciencia, previene y ayuda a otros jóvenes, llegando incluso a dar charlas en equipos de Primera División como el Athletic de Bilbao, en el que admite Garma, aunque sin dar nombres, que juegan algunos de sus antiguos compañeros de vestuario.
Entre los estudiantes de Cantabria, el estudio anterior refleja que el 0,9% tiene un comportamiento patológico y un 7,5% practica juego de riesgo, mientras que el otro 38,3% de los jugadores lo hace sin adicción. El restante 53,3% no juega. Estas cifras de ludopatía o de riesgo a caer en ella ha hecho que asociaciones como AMAT Torrelavega creen una línea de ayuda para estos problemas, como ya hacían con alcohol o drogas.
Bebidas energéticas, la otra gran adicción
Junto al reto de prevenir la ludopatía, para el que ya se han tomado medidas como la limitación de publicidad o la obligación de identificación biométrica en salones de juegos, el otro gran problema que afrontan las autoridades públicas es el auge de las bebidas energéticas.
El ´Informe bebidas energéticas ESTUDES 2023’ reveló que el 47,7% de los jóvenes entre 14 y 18 años había consumido bebidas energéticas en los últimos 30 días. Además, un 19,5% de los encuestados admitían haberlo juntado con alcohol. Estos datos llaman aún más la atención cuando se comparan por rangos de edad, en los que el propio estudio muestra que la franja 15-24 es, de largo, en la que más personas toman bebidas energéticas.
Este tema está levantando tanta preocupación que incluso Paula Fernández-Viaña, portavoz del Partido Regionalista de Cantabria (PRC), preguntó en un pleno parlamentario en el pasado mes de noviembre sobre posibles campañas de concienciación e incluso de la opción de prohibir su venta a menores de edad (o de 16). A esto, el Gobierno de Cantabria, a través del consejero de Sanidad, César Pascual, respondió anunciando que regulará el consumo de las bebidas energéticas en la provincia «desde el ámbito de la prevención» e implicando en esa tarea al a la Consejería de Educación, con el que espera en el futuro trazar una estrategia «específica» a fin de concienciar a los habituales consumidores, los jóvenes, sobre los riesgos que puede conllevar para su salud su ingesta abusiva.
Casi medio año después, no se tiene noticia de ninguna campaña ni de limitación alguna a la venta, que sigue siendo completamente libre y que continúa al alza, haciendo cada vez mayor el reto de concienciación, como sucede en el uso excesivo de las pantallas o la ludopatía. Y es que, aunque no todos los hábitos de consumo han ido a peor, sí que podemos concluir que nuevas costumbres generan nuevos retos.