Cantabria se erige como uno de los epicentros del turismo y la vivienda rural de lujo

Roble, una de las propiedades recientemente construidas en Caviedes. ALEJANDRO DÍEZ
Durante los últimos años, el entorno rural de Cantabria se ha establecido como uno de los focos de las nuevas construcciones de lujo. Uno de los municipios donde se ha intensificado esta clase de inmuebles es Valdáliga. El pasado año, se inició la edificación de ocho viviendas de clase alta en la localidad de Caviedes, gestionadas por la promotora madrileña Wishome. Actualmente, dos de estas propiedades, Acebo y Roble, se encuentran finalizadas. Esta última ya ha sido vendida por un valor de 1,2 millones de euros.
Los dos inmuebles ya construidos cuentan con una superficie útil de 270 metros cuadrados y una parcela unos 860. Según la propia promotora, las casas están a la venta como residencias unifamiliares y destinadas a su ocupación a lo largo de todo el año, estando enfocadas a familias de clase media-alta que busquen un espacio amplio para convivir. Sin embargo, los habitantes de Caviedes ven más factible su uso como segunda residencia, dado el precio de venta y la gran cantidad de turistas madrileños y sureños que frecuentan el municipio de Valdáliga.






En declaraciones a este medio, Wishome afirma que se ha optado por realizar el proyecto en Caviedes debido a su entorno natural. Su ubicación entre «dos municipios imprescindibles en la región» como Comillas y San Vicente de la Barquera se sitúa como un punto a favor, dada su gastronomía, playas y respectivos cascos históricos. Además, la empresa fundada en 2016 destaca las vistas hacia el Monte Corona, un paraje que define como «especialmente bonito». La belleza de Caviedes ha sido distinguida por el propio Gobierno de Cantabria, siendo galardonado con el premio Pueblo de Cantabria en el año 2006.
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El alcalde de Valdáliga, Lorenzo González, también defiende el paraje de Caviedes como uno de los principales motivos de esta edificación. Sin embargo, manifiesta que la razón fundamental es la ocupación total del suelo de otras localidades del municipio. En un principio, las viviendas de lujo se empezaron a construir en la localidad de El Tejo, con varias casas que ascienden hasta los dos millones de euros de valor. Una vez se ocupó todo el suelo en El Tejo, se pasó a construir en Lamadrid. Finalmente, con toda la superficie explotada en dicho pueblo, ya se ha comenzado con las edificaciones en Caviedes. Además, González indica que en un futuro no se descarta que se realicen este tipo de proyectos en el barrio colindante de Vallines.
Para el alcalde de Valdáliga, la proliferación de estos inmuebles de lujo supone un importante rédito económico para el municipio puesto que puede generar puestos de trabajo ligados al cuidado de las propias residencias. En sus palabras, quien dispone del capital para invertir en dichos terrenos lo tiene también para servicios como limpieza o jardinería. Por otro lado, declara que la llegada de nuevos propietarios con amplio fondo de cartera podría repercutir positivamente en los establecimientos del municipio.
Según varios vecinos de Caviedes, el estilo arquitectónico de estas viviendas no va en consonancia con el del resto del pueblo, ya que se trata de alojamientos modernos que rompen con la vivienda rústica mayormente presente en el territorio. Uno de los ocho inmuebles será edificado aprovechando la estructura base de una casa tradicional cántabra, siendo el único que podría asemejarse en cierta medida al ya existente núcleo de Caviedes. Pese a las críticas en este aspecto, sus habitantes no se oponen a la llegada de nuevos residentes, siempre y cuando se mantenga la paz en el pueblo.
Uno de los principales atractivos que destacan los habitantes de esta localidad valdáliga es el restaurante Casa Cofiño, que según ellos se ha convertido en un punto gastronómico de referencia para madrileños y sureños, especialmente. Este establecimiento recibió recientemente el premio de la Academia Cántabra de Gastronomía. Además, está presente dentro de la Guía Repsol 2024. Según la leyenda popular, en este lugar nació el término “cocido montañés”, acuñado en 1963 por el entonces delegado de Turismo, José Luis Herrero Tejedor.
Grandes propiedades en desuso
Dentro de la propia Valdáliga se encuentra una propiedad del siglo XVIII que actualmente está en desuso, como es la Casa Torre de los Vélez-De las Cuevas, situada en en el barrio de Las Cuevas, en Roiz. Este palacio declarado Bien de Interés Cultural en 1985 ha pasado por las manos de varios propietarios en los últimos años, aunque todavía no existe un proyecto firme que le de una nueva vida.
Como indica Lorenzo González, recientemente un grupo hostelero planteó reconvertir el palacio en un complejo hotelero de lujo con habitaciones y restaurante. Finalmente, no salió a la luz. El propio alcalde afirma que este proyecto interesaba especialmente al ayuntamiento dado el potencial económico que podía esconder. A día de hoy, la propiedad ha encontrado a un nuevo postor, aunque como declara González no se ha elaborado aún ninguna propuesta al ayuntamiento.
Un caso especial de propiedad que se ha tratado de reconvertir en alojamiento de lujo, aunque de manera insatisfactoria, lo encontramos en la localidad de Porcieda, en el municipio de Vega de Liébana. Se trata de un pueblo abandonado que cuenta sólo con una multipropiedad, la cuál lleva a la venta más de veinte años. Actualmente, la inmobiliaria The Sibarist lo ofrece por un valor de 380.000 euros, constando de una parcela de 3.000 metros cuadrados. De estos, 1.325 son de superficie construida.
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Según el alcalde del municipio, Gregorio Miguel Alonso, la propiedad no va a conseguir venderse debido a la poca rentabilidad que se puede obtener a corto plazo. Afirma que «el empresario que viene aquí o a cualquier parte busca recuperar la inversión inmediatamente». Además, declara que no sólo es necesaria la inversión inicial de la compra del inmueble, sino que también se necesita «prácticamente echar todo abajo» y restaurar la propiedad al completo.
Alonso expone a su vez que la falta de infraestructuras es un problema importante existente en Porcieda, ya que no existe una carretera al uso para acceder al pueblo, lo cual puede impedir la llegada de servicios médicos, bomberos, etc. Además, tampoco se dispone actualmente de una red de agua. En una visita a la consejera de Cultura, Turismo y Deporte, Eva Guillermina Fernández, le propuso adoptar el modelo que se ha llevado a cabo en algunas aldeas abandonadas del Principado de Asturias, donde el propio gobierno autonómico asumió el coste de restauración. Además se les dotó de ciertas características del mundo rural para hacerlo más atractivo de cara al consumidor.
A día de hoy, la comarca cuenta con 5.400 plazas de pernoctación, de las cuales 250 pertenecen al municipio de Vega de Liébana. El propio alcalde considera que la realización de este proyecto supondría un importante plus a la oferta turística de la comarca y podría romper con el «desequilibrio» existente con el eje Potes-Camaleño, que cuenta con 3.000 plazas. Sin embargo, declara que un municipio en riesgo extremo de despoblación como el suyo no cuenta con los medios suficientes para llevar a cabo este proyecto por su cuenta.