La insuficiencia de profesionales en Salud Mental amenaza a España
En España, la salud mental es una preocupación en auge desde hace décadas, pero parece ser una crisis silenciosa que puede agravar la situación de cara a los próximos años. El escaso número de profesionales en este campo es la principal causa que impide igualar la oferta con la demanda. El país se posiciona muy por detrás del resto de países europeos en el desarrollo de la psicología pública, y en tiempos de espera asequibles para los pacientes de salud mental. “La situación actual en el país plantea interrogantes cruciales sobre el bienestar futuro de la población y la capacidad del sistema para abordar estas necesidades”, manifiesta Jarolin Espinal, psicóloga especializada en la relación de las personas y empresas.
Según el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), España tiene uno de los peores registros de profesionales por habitante en Europa en el ámbito de la psicología y salud mental, con tan solo 6 psicólogos por cada 100.000 habitantes. Esta estadística está por debajo de la media europea de 18,8 por cada 100.000 habitantes. Así, esta grieta es preocupante y evidencia una posición desfavorecida para España que no puede ser pasada por alto. “La falta de atención en la salud mental puede aumentar los trastornos mentales no tratados y una disminución de la calidad de vida”, explica la experta.
“Aunque ha habido avances en la conciencia pública sobre la salud mental, todavía existe un estigma persistente y una falta de comprensión sobre su importancia” “Las principales causas de la escasez de profesionales pueden atribuirse a factores como la falta de incentivos para los psicólogos, y la limitada oferta de programas de formación especializada” |
Lucía ha sido paciente en el ámbito psicológico de la sanidad pública durante los últimos años y cree que el procedimiento en estos casos debe cambiar. “Empiezas, pues mire, es que estoy muy nerviosa, es que tengo […] entonces te dice, pues tienes ansiedad, pues tómate un lexatín…”, así narra su aventura en la salud pública Lucía. Pero el caos solo acaba de comenzar, “te empieza a tratar el de cabecera, cuando el de cabecera ve que ya se le va de las manos, porque tú no mejoras con un lexatín, es cuando te manda al psicólogo”, la paciente cuenta que depende de la valoración del médico de cabecera el mandarte al psicólogo o no y que “sí se tarda entre una cosa y otra en llegar hasta él”.
“Existe un protocolo de actividades que si no mejoras con ellas es sota, caballo y rey y ala, te vas” “Al final la gente si va a ir a un psicólogo se va a un psicólogo privado” |
“Evolución 0”, manifiesta Lucía respecto al progreso de los servicios de tratamiento mental a prestar. La insuficiencia de profesionales conlleva consecuencias cruciales para la población española. Del mismo modo, la espera de 4 meses para ser atendido en tratamiento compromete a los pacientes a vivir en una situación de agobio que crece exponencialmente. En la última Encuesta Europea de Salud en España (EESE) realizada en 2020, los datos muestran que el 10,86% (una de cada diez personas) ha consumido fármacos para dormir por la ansiedad, y el 4,52% (una de cada veinte) antidepresivos. Ahora bien, esto no les afecta únicamente de manera individual, sino que también la atención médica se ve presionada para mejorar estos programas de intervención de manera inmediata.
La paciente manifiesta que su experiencia ha sido desfavorable, ya que se limitan a seguir un protocolo preciso, y “si no mejoras con eso te abandonan, te pasan a otro psicólogo, o te quedas sin psicólogo”. Estos protocolos a seguir no son aptos para todas las personas, puesto que hay pacientes que pueden necesitar un enfoque más especial o una fusión de terapias. Más aún, el problema reside en la generalidad del sistema empleado, sin un enfoque individual en una problemática en la que cada persona tiene necesidades distintas.
Plan de regulación
En términos optimistas, el tiempo de espera se busca reducir a mínimo 15 días y se quieren incrementar las plazas del PIR (Psicólogo Interno Residente), debido a que hacen falta 12 psicólogos cada 100.000 habitantes para alcanzar los estándares europeos. Asimismo, como indica la psicóloga, el bienestar emocional, el estado de las relaciones sociales y la productividad laboral son aspectos que pueden verse afectados negativamente y dar lugar a la depresión. De la misma manera, las personas tienen ideas suicidas más a menudo y acudir al psicólogo se convierte en casi un lujo en este país.
Intensificación con el COVID-19
Antes de la pandemia, el camino para acceder a la red de salud mental ya era complejo, con todo, los datos de suicidios siguen sufriendo las consecuencias de la pandemia de COVID-19, tanto es así que, según la Confederación Salud Mental España, un 46% de la población española manifestó un aumento del malestar psicológico durante el confinamiento. Los datos de suicidio aumentaron, siendo 270 personas más las que se suicidaron en el 2020 con respecto al 2019 prepandémico, cifra que se arrastra al pasado 2021 en el que este dato aumentó nuevamente.
“Es necesario implementar políticas que incentiven la formación de más profesionales en el campo y mejorar la distribución geográfica de los servicios”, opina Jarolin Espinal. Cabe destacar que la situación empeoró de manera exponencial con la crisis del COVID-19, ya que como indica un informe científico de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el primer año de pandemia la depresión y la ansiedad incrementaron hasta un 25% en la población. Asimismo, esta pandemia dio pie a que se incluyera el apoyo psicológico y social en los protocolos de respuesta al COVID-19 en España. La realidad no va más allá de la urgencia de tomar medidas significativas para disminuir la brecha entre la oferta y la demanda.
Condiciones laborales inestables
Los expertos a menudo combaten un bagaje de trabajo inquietante, con jornadas laborales que no cumplen las condiciones y falta de medios para desempeñar de manera efectiva el trabajo con los pacientes. Agregando a lo anterior, este es uno de los principales condicionantes para que los profesionales busquen mejores oportunidades laborales en el extranjero.
Además, según el informe Mental Headway 2023, España y Hungría son los dos países de la Unión Europea (UE) que tienen menos expertos en salud mental. Así, solo cuentan con una suma de 25 psiquiatras y psicólogos especializados por cada 100.000 habitantes, mientras que en países como Suecia o Finlandia el rango se establece entre 150 y 200 profesionales por cada 100.000 habitantes.